FRANÇOIS DE LA ROCHEFOUCAULD.
MÁXIMAS.
Se necesitan virtudes más grandes para soportar la prosperidad que la suerte adversa (25)
El mal que hacemos no nos atrae tanta persecución y tanto odio como nuestras buenas cualidades (29)
Si no tuviéramos defectos no sentiríamos tanto placer descubriendo los de los demás (31)
La verdad hace menos bien en el mundo que mal hacen sus apariencias (64)
No hay disfraz que pueda durante mucho tiempo ocultar el amor donde está, ni fingirlo donde no está (70)
Si juzgamos al amor por la mayoría de sus efectos se parece más al odio que a la amistad (72)
Los viejos gustan de dar buenos consejos para consolarse de no estar ya en condiciones de dar malos ejemplos (93)
Para conocer bien las cosas hay que conocer sus pormenores, y como estos son casi infinitos, nuestro saber es siempre superficial e imperfecto (106)
Cuando más se ama a una mujer más cerca se está de odiarla (111)
Nunca somos tan ridículos por las cualidades que tenemos como por las que simulamos tener (134)
Se prefiere hablar mal de uno mismo a no decir nada de nosotros (138)
La adulación es una falsa moneda que sólo circula gracias a nuestra vanidad (158)
Los vicios entran en la composición de las virtudes como los venenos en la composición de las medicinas: la prudencia los junta y los atempera (182)
Es una gran inteligencia saber ocultar su inteligencia (245)
Por mucho que nos elogien, no conseguirán sorprendernos (303)
En los celos hay más amor propio que amor (324)
Las únicas personas que nos parecen sensatas son las que opinan como nosotros (347)
La mayor parte de las mujeres honestas son tesoros escondidos que sólo están seguros porque nadie los busca (368)
El deseo de hablar de nosotros mismos y de mostrar nuestros defectos tal como queremos que los demás los vean, representa una gran parte de nuestra sinceridad (383)
En la amistad, como en el amor, a menudo se es más feliz por las cosas que se ignoran que por las que se saben (441)
La timidez es un defecto que es peligroso reprender en las personas a las que se quiere corregir (480)
La pompa en los entierros tiene más que ver con la vanidad de los vivos que con el honor de los muertos (612)
Los celos se alimentan de dudas, y se convierten en furor o se extinguen cuando pasamos de la duda a la certidumbre (32)
Si no tuviéramos orgullo no nos quejaríamos del de los demás (34)
El orgullo es igual en todos los hombres, sólo varían los medios y la manera de manifestarlos (35)
El amor, igual que el fuego, no puede subsistir sin un movimiento continuo, y se extingue cuando se deja de esperar o de temer (75)
El silencio es lo más seguro para quien desconfía de sí mismo (79)
Todo el mundo se queja de su memoria, pero nadie de su inteligencia (89)
Es tan fácil engañarse a uno mismo sin darse cuenta como difícil engañar a los demás sin que se den cuenta (115)
La manera más segura de ser engañados es creernos más astutos que los demás (127)
Por lo común sólo se elogia para ser elogiado (146)
Rechazar elogios es un deseo de ser elogiado dos veces (149)
El mundo recompensa más a menudo las apariencias de mérito que el mérito mismo (166)
Nos resulta fácil olvidar nuestras culpas cuando somos los únicos en conocerlas (196)
Hay personas a quienes los defecto sientan bien y otras a quienes afean sus buenas cualidades (251)
La ausencia disminuye las pasiones menguadas y aumenta las grandes, del mismo modo que el viento apaga las velas y aviva el fuego (276)
Hay malvados que serían menos peligrosos si no tuvieran ni pizca de bondad (284)
Es imposible amar lo que verdaderamente se dejó de amar (286)
Siempre amamos a quienes nos admiran, aunque no siempre amemos a quienes admiramos (294)
Es difícil amar a quienes no estimamos, pero aún lo es más amar a quienes estimamos mucho más que a nosotros (296)
La causa de que los enamorados no se aburran nunca de estar juntos es la de que siempre hablan de sí mismos (312)
Las personas débiles no pueden ser sinceras (316)
En las cosas de amor, el engaño llega casi siempre más lejos que la desconfianza (335)
Los celos siempre nacen con el amor, pero no siempre mueren con él (361)
Hay pocas mujeres honestas que no estén cansadas de su oficio (367)
Elogiar de buena gana una acción noble, en cierto modo, es casi participar en ella (432)